La espuma de poliuretano proyectada resuelve de la manera más eficaz dos de los problemas más importantes de toda construcción: el aislamiento térmico e hidrófugo de techos y paredes. Generalmente se aplican para aislar edificios, viviendas, galpones, tanques, tuberías, etc. Otra característica fundamental de las espumas rígidas es su gran resistencia a la humedad. Reducen al mínimo la formación de condensación y, consecuentemente, la necesidad de uso de barreras de vapor.
Estas espumas y freones no atacan a la capa de ozono.